Algunas frutas son muy fáciles de pelar por estar recubiertas de una piel moderadamente blanda que se retira fácilmente con un cuchillo, como los plátanos, las manzanas o las mandarinas. Otras frutas necesitan un poco más de esfuerzo y su cáscara suele tener centímetros de espesor, como es el caso de la sandía o el melón.
La sandia es uno de estos frutos que hacen venir a la mente el verano…La buena noticia es que, más allá de su sabor delicioso y refrescante, tiene numerosas propiedades beneficiosas, por ejemplo está lleno de licopenos, antioxidantes potentísimos pertenecientes a la familia de los carotenoides y verdaderos y propias panaceas para la salud de nuestro organismo.

- Cortar por la mitad la sandia
- Posicionar una mitad con la parte plana hacia abajo y cortar la cascara
- Cortar la mitad pelada a fetas
- En ambos sentidos
- Tomar una bolsa que se adapte a sus dimensiones y posicionarla sobre la parte superior
- Con la ayuda de la tabla de cortar, girar la sandia
- Se encontraran así con un bolsa lleno de fetas de sandía perfectamente cortada, pronto para ser saboreada!